Se fija un presupuesto antes de empezar el proyecto; las funcionalidades del desarrollo se acotan al requerimiento inicial. Se recomienda para proyectos cortos en los que el desarrollo tiene alcances específicos desde el comienzo.
Se cobra por las horas de trabajo de un especialista o por el tiempo de cada una de las tareas que intervienen en el proyecto (casos de uso, pruebas, etc.). Hay flexibilidad para modificar los alcances o agregar requerimientos. Se recomienda para proyectos largos en los que es complicado estimar los tiempos de implementación o en los que las funcionalidades no están totalmente definidas desde el inicio.
Es ideal para los proyectos en los que se compran mensualmente las horas de trabajo de un especialista o un equipo por adelantado, ya que el costo por hora es menor al regular. Con este price model, el cliente asegura que la disponibilidad del o de los profesionales a su servicio esté garantizada para atender con prioridad sus requerimientos. Se recomienda para proyectos largos o para establecer relaciones comerciales duraderas.